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El secreto de la BELLEZA universal: Simetría y Proporción

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La belleza es un concepto universal y difícil de definir. Todos sabemos identificar algo que es bello, pero a la hora de describir el porqué lo es no es fácil encontrar las palabras.

La clave está en la simetría y la proporción.

Existe un concepto de belleza universal, no hay duda. Bien intuitivamente o bien guiándose por reglas matemáticas los pintores y escultores desde grecia, pasando por el renacimiento hasta nuestros días , han retratado la belleza en sus diferentes facetas. Hoy, la medicina estética toma estas pautas universales y las aplica en nuestros cuerpos y rostros para conseguir aproximarlos al cánon universal de la belleza.

Pero, en qué consisten estas pautas? La clave está en buscar la simetría y la proporción entre las diferentes partes del cuerpo y el rostro.

LA SIMETRÍA

Por naturaleza todos somos asimétricos, nuestros lados derecho e izquierdo del cuerpo son diferentes. La asimetría es natural y, de hecho, los rostros completamente simétricos pierden su humanidad. Pero del mismo modo una asimetría demasiado evidente hace que un rostro sea menos atractivo.

Por este motivo, en medicina estética tratamos de conseguir una simetría lógica que logre aumentar el atractivo de la persona sin restarle naturalidad.

LA PROPORCIÓN

Pero la verdadera clave de ÉXITO en cualquier procedimiento estético es la búsqueda de la proporción.

La naturaleza guarda con gran frecuencia una proporción que se denomina proporción áurea (o Divina proporción), un número que se aproxima a 1,62 y que se obtiene de la división de las diferentes partes sobre otra de referencia.

Esta proporción, este número mágico, guió a Leonardo DaVinci en su Hombre de Vitrubio, se encuentra en las proporciones de los girasoles, en las pirámides de Egipto e incluso en el diseño de la manzana de Apple.

En medicina estética este valor es de gran ayuda para conseguir la armonía y el equilibrio en las diferentes partes del cuerpo y del rosotro. Por ejemplo la dimensión del labio inferior debería ser 1,62 veces la del labio superior.


Manejar estos dos conceptos es la base de un buen trabajo: belleza natural que saca lo mejor de cada persona sin dejar de ser ella misma.

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