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Descubre los tratamientos láser en ginecología

Índice

Hoy os presentamos las distintas utilidades que tiene el láser en ginecología y los problemas que puede tratar.

¿Qué utilidad tiene el láser en ginecología?

La tecnología láser se aplica en el tratamiento de múltiples patologías médicas desde hace más de 30 años. Existe experiencia y seguridad contrastada en la aplicación del láser en ginecología.

Las aplicaciones del láser de CO2, son las siguientes:

  1. Sindrome de hiperlaxitud o relajación vaginal.
  2. Incontiencia de orina de esfuerzo leve y moderada.
  3. Atrofia de la mucosa vaginal.
  4. Cirugía estética íntima o vulvovaginal (labioplastias, perineoplastias), técnicas quirúrgicas reconstructivas vulvares.
  5. Tratamiento de las lesiones producidas por Virus del Papiloma Humano: condilomas (verrugas genitales), displasias del cuello del útero.

¿Cómo actúa el láser en ginecología?

Mediante golpes o disparos de calor, muy superficiales generando pequeños traumatismos térmicos que son capaces, de reaccionar sintetizando nuevas fibras de colágeno y nuevos vasos sanguíneos que reparan el daño local. Como consecuencia, el tejido colágeno envejecido se destruye. Y en su lugar se depositan nuevas fibras colágenas que dotan a la mucosa tratada de firmeza, tensión y grosor aumentado.

Así, se consigue dotar a las paredes vaginales de mayor tensión y fortaleza. Estas son dos de las características que no existen en las situaciones de laxitud vaginal que sufren muchas mujeres que han tenido partos por vía vaginal. Además, se consiguen buenos resultados estéticos. Por una parte, el introito o la entrada a la vagina queda más “cerrada”. Además se consiguen mejores sensaciones con las relaciones sexuales (mayor sensación de roce y de fricción en las paredes de la vagina).

¿Cómo actúa el láser en la incontinencia de orina?

La incontinencia de orina es una patología que padecen hasta un 30% de las mujeres de nuestro entorno. Es mayor en aquellas mujeres que han tenido partos por vía vaginal. Además, a mayor número de partos, más frecuente y de mayor intensidad la incontinencia.

Por otro lado, en las de mayor edad. Está demostrado, que 1 de cada 2 mujeres por encima de los 60 años tiene algún grado de incontinencia de orina de esfuerzo.

A pesar de la mayor información con la que cuentan las mujeres, la incontinencia urinaria de esfuerzo sigue siendo un tema tabú en muchas consultas de ginecología. Además, muchas mujeres jóvenes que sufren algún grado tras un parto al realizar actividades cotidianas (levantar la bolsa de la compra, hacer jogging, al estornudar o incluso al tener relaciones), piensan que es una consecuencia normal del parto. El hecho de tener que llevar muchas de ellas un salvaslip o una compresa a diario es causa de perdida de autoestima y de confianza.

En los casos de incontinencia urinaria el láser CO2 consigue que la síntesis de colágeno nuevo en la pared vaginal anterior y en los tejidos bajo la uretra resulte en mayor tensión y resistencia de los tejidos con la consiguiente disminución de los escapes de orina.

¿Cuántas sesiones necesito? ¿En qué consisten?

La sesión de láser ginecológico se realiza de forma ambulatoria en consulta. Se aplica primero una pomada con anestésico local. Y tras 10 minutos para conseguir el efecto anestésico, se retira y se procede a realizar a la sesión.

La sesión dura aproximadamente entre 20-25 minutos. La tecnología láser ofrece las ventajas de la precisión y seguridad. Son pulsos de calor muy superficiales y de profundidad milimétrica. Gracias a esto no se dañan tejidos circundantes ni estructuras profundas como nervios, vasos sanguíneos o músculos.

Es un procedimiento totalmente indoloro, y la paciente puede realizar su vida normal de forma inmediata. Se aconseja el uso de un hidratante vaginal durante 5 días tras la sesión y no mantener relaciones durante la primera semana.

Para la mayoría de las mujeres basta con dos sesiones, separadas aproximadamente 6 semanas.

La mejoría tras la primera sesión es evidente tras los primeros días. En el caso de la incontinencia urinaria leve-moderada, la mayoría de las mujeres (90%) mejoran tras la primera sesión y en un 70% de los casos se corrige tras dos sesiones.

Lo mismo ocurre para los casos de atrofia genital que aparecen con la menopausia. Es una patología crónica y progresiva que padecen hasta el 60% de las mujeres tras la menopausia y que empeora con los años y la falta de estrógenos. Es causa de la sequedad vaginal, prurito, dolor y sangrado con las relaciones que sufren estas mujeres y que son consecuencia, como dijimos, del déficit de estrógenos. La nueva vascularización que crean los pequeños impactos térmicos en la mucosa vaginal atrófica, consigue aumentar el flujo sanguíneo local, con la consiguiente mayor hidratación, turgencia y engrosamiento de la mucosa vaginal.

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